Indudablemente que la salud humana es una preocupación que no distingue fronteras y es debido a ello, que el hombre busca por todos los medios prevenirla, cuando algún medio ambiental o forma contaminante la amenaza, mantenerla cuando ésta se logra alcanzar o recuperarla cuando se pierde por alguna circunstancia endógena o exógena.
Desde que nacemos nuestro organismo depende de diferentes factores: en lo que respecta a la estructura morfológica, son predominantes los caracteres que se adquieren desde la concepción y en lo que respecta al funcionamiento orgánico, es nuestro sistema inmunitario, las hormonas y las enzimas las que determinan la posibilidad de la eutrofia en el desenvolvimiento fisiológico mientras dura el ciclo vital.
Cuando el organismo se ve atacado por algún factor que distorsiona su normal desenvolvimiento orgánico, es necesario recurrir a algún tratamiento farmacológico que logre recuperar la normalidad. Es en ese momento en el cual la medicina tradicional, a través de los tratamientos basados en la alopatía recurre a diferentes fármacos que se basan en drogas con reconocida acción, capaces de atenuar, corregir o eliminar las causas de una determinada enfermedad.
Independientemente de la indudable primacía que los medicamentos alopáticos presentan en los tratamientos, principalmente por el amplio armamentario de fármacos con que se cuenta y debido a los exitosos progresos que en lo se verifican en las investigaciones en lo que respecta al diseño de nuevas moléculas y a la tecnología dada en la estructuración de las formas farmacéuticas que facilitan la aplicación de medicamentos, es dable ver que en muchas oportunidades el hombre busca la solución a sus problemas patológicos a terapias alternativas, con las cuales, es dable ver resultados positivos aunque sea en casos limitados o que no han tenido la suficiente difusión científica .
La naturaleza es pródiga en moléculas que pueden ser aplicadas en tratamientos, máxime si se tiene en cuenta que en infinidad de estructuras vegetales o animales de diferente naturaleza y origen, se encuentran fármacos que aun hoy no han sido posible sintetizarlos en el laboratorio, pudiendo citarse como ejemplo en este caso a los antibióticos, algunos citostáticos y especialmente a la digoxina y a la insulina.
Basándose en esos conceptos el autor de esta obra se ha dado a la tarea de investigar diferentes posibilidades alternativas dadas para el mantenimiento de la salud y el alivio o tratamiento de patologías en las que normalmente se emplean fármacos alopáticos o en otros casos, se recurre a la homeopatía, pudiendo destacarse el amplio desarrollo que ha incluido sobre la apiterapia y fitoterapia, siendo estos hechos, de suma importancia para ver el gran aporte natural con que se cuenta a favor de la salud.
Dr. Carlos A. Pepe
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